martes, 16 de agosto de 2016

Blue Slim o el arte de ser bombardeado......por ideas!!

Una vez más, aquí estoy con un post realmente interesante.

La creatividad es algo que está al alcance de todos, pero que no todos, por los motivos que sea la aprovechan en su día a día.

Ésta es un ser vivo, la tienes que cuidar, alimentar y ejercitar, de lo contrario decaerá.



Hay métodos y técnicas para desarrollar la creatividad, unos más acorde con nuestra personalidad o preferencia, otros menos, pero  cada uno de estos métodos ofrecen distintos caminos para llegar a un mismo objetivo: Ser más Creativo.

En el ejercicio de mi proceso creativo o bien cuando imparto clases a mis alumnos, voy alterndo estás métodos para así tener una mayor amplitud de miras, pero uno de mis favoritos, por no decir el primero, por sus características de uso en grupo, por facilitar la interacción entre los componentes del grupo y por permitirme ponerme en un segundo plano es  el Blue Slim.

Hoy hablaré de este generador de ideas. 


La puesta en escena de la técnica Blue Slip como método de inspiración dentro del proceso creativo, da como resultado una vorágine de ideas entre las cuales es más que probable que se encuentre algo novedoso que aportar a la disciplina en la que nos ocupamos.

Esta técnica de creatividad desarrollada por Dale Clawson y Rolf Smith de la oficina de Innovación de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, está pensado para grupos de más de cinco personas a las cuales se les dan varias tarjetas con preguntas en cada una de éstas y se le pide que, individualmente, escriban en cada una de las tarjetas ideas que se les ocurran, por muy descabelladas que parezcan, relacionadas con la pregunta.

Las preguntas deben de incitar a pensar y reflexionar profundamente acerca del tema sugerido, recolectando de esta forma información que más tarde será contrastada, buscando coincidencias y debatiendo  ideas, para perfilar el inicio del camino a seguir.




En mi especialidad, la gastronomía, es esencial el conocimiento de ingredientes, comidas y costumbres o tabús de otros  países y regiones del mundo, algo que llamamos la inteligencia cultural, para fusionar, maridar y crear propuestas con sentido, novedosas y por supuesto con un gran sabor.

Procuramos siempre tener en nuestro equipo a personas de otros lugares y diversas nacionalidades, para de esta forma enriquecer nuestro proceso creativo y/o nuestra biblioteca mental de sabores y combinaciones posibles.

En este paso de crear una propuesta, plato, etc, así como en mis funciones como docente, reparto a todos los integrantes del equipo o alumnos, varias tarjetas con preguntas tales como:



  • ¿Qué ingrediente principal emplearemos?
  • ¿Dentro de qué concepto lo desarrollaremos?
  • ¿Qué método de cocción o combinación de éstos podemos emplear para este plato, sin ser repetitivo?
  • ¿Qué ingredientes que nunca se han empleado en este plato, podemos incorporar?
  • ¿Qué temperatura, contraria a lo establecido, utilizaremos en la terminación del plato?
  • ¿Qué estilo visual utilizaremos en la concepción del plato?
  • ¿Qué guarniciones y con qué técnicas elaboradas, introduciremos en éste?
  • ¿Qué salsa, matices, especias, etc, emplearemos para potenciar el sabor, aromas y color?


Una vez finalizado este paso, pasamos a la pizarra para, como si de un Brainstorming se tratase, reflejar todas las ideas, propuestas y reflexiones, buscando similitudes, coincidencias y puntos de partida afines.





Realmente el proceso creativo acaba de empezar, pero disponemos de indicadores acerca de la senda a seguir.
Después vendrán los apuntes en los cuadernos, los bocetos, las fichas técnicas, para por último pasar a cocina en donde comenzaremos a aplicar las diversas posibilidades obtenidas a lo largo del proceso.


En el lugar donde ejerzo de Executive Chef, lidero el equipo, pero cuando desarrollo mi labor como docente, paso a ser un facilitador y/o alguien a quien consultar, para darle a mis alumnos las responsabilidad del proceso creativo.

A la hora de elaborar una propuesta formativa siempre tengo en cuenta:


  1. El tema sobre el versa el proyecto.
  2. Objetivos generales de la unidad didáctica en cuestión.
  3. Competencias a adquirir.
  4. Los criterios para formar los grupos.
  5. El uso de las TIC en el proyecto, (blogs, murales web, presentaciones en distintas plataformas, etc).
  6. La colaboración mediante trabajos e investigaciones en grupo.
  7. El intercambio entre participante mediante el uso de técnicas creativas en grupo.
  8. Concederle al alumno en papel protagonista, pasando el docente a un segundo plano.
  9. El calendario, teniendo en cuenta el tiempo de necesario para realizar las actividades, dificultad de éstas, etc.
  10. Actividades de presentación, práctica y de evaluación.
  11. Recursos o materiales, (tecnológico, de apoyo, etc).
  12. Modo de interacción, (individual/en grupo).
  13. Criterios e instrumentos de evaluación y feedback que se proporcionará.

Tras estas premisas, el seguimiento es fundamental, en mis áreas de competencia esto es relativamente sencillo, pues las practicas en el área de cocina van íntimamente ligadas a los proyectos surgidos en el aula.

Es enormemente satisfactorio comprobar como los alumnos toman las riendas de los procesos creativos, sacan sus propias conclusiones de viabilidad y las extrapolan a la zona caliente.

Así mismo me emociona comprobar día a día, como crece entre ellos un sentimiento de reconocimiento y respeto hacia el docente, al sentir que confías en ellos, que aportas solidez y cohesión al grupo, además de contribuir con la experiencia y madurez adquiridos a lo largo de los años, para hacer hincapié en el rigor, la buena praxis y la tolerancia hacia los compañeros.

Parafraseando a Howard G. Hendricks,

"La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón".







1 comentario:

  1. Cesar, me ha tocado valorar este proyecto. Tu participación es Excelente. Felicitaciones.

    ResponderEliminar